viernes, 28 de enero de 2011

DIA 6

Hubo dos días en el medio, ya sé. Hoy me siento de mejor ánimo, gracias a los antibióticos que me automediqué. La homeópata no va a estar muy feliz de que yo haya hecho esto.

Estaba pensando en los procesos. Sé que la palabra suena feo, ahora que remite a los años setenta. Pero me refiero a la sucesión progresiva, al transcurrir algo, al ciclo, al paso a paso que tiene una finalidad. Los procesos de tauro, por ejemplo. Los procesos de los signos que me tocan de cerca. Que recorren mi médula. A veces tengo esa lucidez en el entendimiento, de pronto es tan claro, me resuenan las palabras de Rosa, por fin la comprendo. Alquimizar. Unir. Hacer pócimas. Entiendo. Fue un proceso largo, de años, tratando de sintetizar (hacer virgo). Puedo unir conceptos. Me está pegando fuerte Saturno (no por nada a los 33 uno repite carta), removiendo los saberes innecesarios, los vínculos innecesarios, los sentimientos innecesarios. Más vale, si tengo a Saturno en virgo (explicación para los neófitos: virgo es la depuración, es el signo donde se discierne entre “necesario-innecesario” y donde se realizan las limpiezas profundas. Saturno es el viejo ermitaño haciendo el trabajo. El que manda. Epa!).

Hace unos días que me duelen los huesos, incluso los dientes (no son caries, el dolor es óseo, la mandíbula, los pómulos, los dientes). No es gripe, tengo tos y me estoy medicando con antibióticos.

Reflexiones. Los huesos. Rige: Saturno. Los dientes, la columna vertebral. El sostén. La osamenta. La caja, como decía Rosita. Nada es casual, mis amigos. Me duele Saturno, hostigándome. Algo en las estructuras de mi casa-cuerpo, en las estructuras de mi cuerpo, en las estructuras de mi mente, están doliendo. Hay que reconstruir. Hay que levantar todo, eliminar lo que no sirve, hacer cimientos de nuevo. Y, si voy bien, Saturno va a dejar de dolerme.

Dice mi amigo Sasportas: “Más que al tirano, Saturno va asociado con el arquetipo del Viejo Sabio, una especie de Maestro Celestial que se vale del dolor como mensajero para informarnos de aquellos aspectos de nosotros mismos que necesitan ser atendidos y cultivados. Al eludir esa esfera no disminuye nuestra inquietud; más bien se incrementa. Pero al escuchar lo que Saturno intenta enseñarnos o mostrarnos, nuestro sentimiento de inadecuación se transforma gradualmente en una sensación de valor, solidez e integridad cada vez mayor. Al enfrentar el reto de Saturno, nos fortalecemos, y somos recompensados con un conocimiento y una realización mayores”.*

*Tomado de Las doce casas, Howard Sasportas, Ediciones Urano.

4 comentarios:

  1. Muy interesante esto de limpiar... mi caja también necesita limpieza, mis huesos vienen con un peso de años de sentimientos innecesarios y muertes mal curadas.

    ResponderEliminar
  2. con cuánta riqueza le ponés palabras al maestro Saturno...sos muy sabia Cristina Cambareri, te admiro.

    ResponderEliminar